La primera Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar de la Junta propone 52 medidas para impulsar la competitividad

El delegado de Agricultura presenta las principales líneas de esta herramienta a las almazaras y agricultores de la provincia

El delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía, Francisco Acosta
photo_camera El delegado de Agricultura de la Junta de Andalucía, Francisco Acosta

El delegado de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Acosta, ha presentado la primera Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar a las almazaras y agricultores, en un acto que ha contado con representantes de las mismas y sus asociaciones como Cooperativas Agroalimentarias de Andalucía en Córdoba y la Asociación Empresarial de Almazaras Industriales de Córdoba.

Acosta ha destacado esta iniciativa como “una planificación esencial para los próximos años basada en actuaciones que van a impulsar la competitividad, la sostenibilidad y la resiliencia del sistema del olivar”. El delegado ha manifestado que esta estrategia “va a mejorar nuestra imagen en los mercados sobre la base de la calidad, apostando por el respeto al medio ambiente y afrontando de la mejor manera posible las adversidades climáticas y los desequilibrios del mercado”.

La primera Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar incluye las aportaciones del sector. Se trata de una herramienta que nace del conocimiento, la experiencia y la investigación de los profesionales implicados y los agentes del conocimiento como las almazaras. “El objetivo es que Andalucía siga siendo líder y el sector agroalimentario del olivar consolide su posición”, ha añadido el delegado territorial.

La primera Estrategia Andaluza para el Sector del Olivar Horizonte 2027 cuenta con un presupuesto de más de 986 millones de euros y tiene como objetivo la mejora de la competitividad del sector del olivar en Andalucía, “para que constituya un motor de generación de riqueza, creación de empleo y de fijación de la población al mundo rural”, ha destacado Acosta en su intervención.

El documento incluye un profundo análisis del sector, plantea nuevas medidas y ayudas para la transformación de éste, así como un aumento de su productividad y sostenibilidad.

Acosta ha resaltado que contiene 52 medidas clasificadas en once áreas temáticas que se centran en mejorar la competitividad y sostenibilidad de las explotaciones y la industria, fomentar la orientación al mercado, aumentar el valor añadido, potenciar la calidad diferenciada, mantener la cadena de valor equilibrada y conquistar mercados, así como impulsar la economía circular y bioeconomía.

La estrategia avanza en la transformación digital en la cadena de valor de la producción, consolida un sistema de ciencia-tecnología-empresa que ofrece I+D+i al sector, fomenta la formación, el asesoramiento y la transferencia de conocimientos a los agentes de la cadena, promociona el sector, sus productos y el territorio e impulsa la simplificación administrativa y la gobernanza.

El delegado territorial ha avanzado que, entre algunas de las medidas, se incluyen “impulsar los modelos e implementar técnicas de producción sostenibles en las explotaciones a través del asesoramiento específico de las agrupaciones de producción integrada del olivar”.

En materia de aguas, se va a fomentar la construcción de balsas para dotar de más capacidad de almacenamiento. Igualmente, incluye otras medidas que ayudan a las comunidades de regantes a aumentar la eficiencia energética en los sistemas innovadores de regadío y su modernización. También propicia el desarrollo de la bioeconomía circular a través del impulso de iniciativas o proyectos innovadores, así como el trabajo con el sector en las posibilidades del olivar para aprovechar los créditos de carbono.

Como ha comentado el delegado, “la protección y mejora de la calidad de las producciones de aceite de oliva es fundamental porque supone incrementar la competitividad de este sector respecto a otras zonas productoras mundiales, y ello exige la constante implicación de los poderes públicos, así como del propio sector olivarero, productores e industrias, en la búsqueda de fórmulas que contribuyan a que este producto siga contando con los máximos estándares de calidad”.

Sector del olivar en la provincia

La provincia de Córdoba cuenta con más de 378.000 hectáreas de olivar. De ellas, más del 80% se corresponden con olivar tradicional; casi 55.000 hectáreas son de intensivo y más de 15.000, superintensivo. Alrededor de 70.000 hectáreas de olivar cordobés pertenecen a lo que se ha llamado nueva olivicultura.

El 98% de este olivar lo componen seis variedades, la picual, con casi 200.000 hectáreas; seguida de hojiblanca, con algo más de 100.000; arbequina con unas 23.000; picudo con unas 16.000; nevadillo negro, con unas 6.000, y arbosana, con algo más de 4.000 hectáreas.

Los productos del olivar alcanzaron en 2023 más de 1.000 millones de euros en facturación, lo que supuso la mitad de la producción de la rama agraria en Córdoba. El olivar constituye el principal activo de la provincia y es un elemento estratégico en el desarrollo común.

Respecto a los datos de exportación en 2024, debido en parte a las altas cotizaciones y al trabajo de almazaras y distribuidores de Córdoba, han alcanzado el récord de ventas al exterior, con más de 896 millones de euros. A ello se suman 128 millones de euros exportados de aceituna de mesa. 

Para la campaña 2024/2025, la cifra asciende a 290.700 toneladas, unos datos favorables tras dos campañas afectadas sensiblemente por la sequía. En esta campaña destaca la tercera mayor producción de aceituna de almazara de su historia, con 1,7 millones de toneladas.

Esta cantidad supone más de un 8% de la producción mundial. Córdoba elabora más aceite de oliva que Italia o Grecia, lo que, según el delegado de Agricultura “demuestra el potencial productivo de las almazaras cordobesas, cada día más modernizadas, de las que 190 han participado en la presente campaña”.

Por último, Acosta se ha referido a “un elemento diferenciador en la provincia como son las cuatro denominaciones de origen de aceite, Baena, Priego de Córdoba, Montoro-Adamuz y Lucena”. En 2023, su valor económico superó 34 millones de euros, casi una cuarta parte gracias a las exportaciones.