GUERRA EN UCRANIA

Juan Antonio Luna, egabrense y vecino de Lucena, narra su periplo para reencontrarse con su familia, atrapada por la guerra en Ucrania

<p> Juan Antonio Luna </p>
photo_camera Juan Antonio Luna, ayer en el Palacio Erisana de Lucena, donde narró a los medios la difícil salida de su familia de Ucrania.

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania está dejando situaciones trágicas con numerosos destrozos y víctimas mortales como consecuencia de esta fatal guerra, pero por suerte también historias con un final positivo. Es el caso del egabrense Juan Antonio Luna, residente en Lucena desde hace años, que ya ha conseguido traer de vuelta de Ucrania a sus dos hijos, Martín y Diego, de 6 y 4 años de edad respectivamente, a la espera de que hoy también regrese su pareja, Roksolana.

Todo comenzó la fatídica madrugada del jueves 24 de febrero, cuando las tropas rusas comenzaron la invasión militar de Ucrania, coincidiendo con la estancia en el país de su familia desde el 21 de enero.

El inicio del conflicto sorprendió a Diego, Martín y su madre en la ciudad de Ukrainka, ubicada dentro de la región de Kiev, por lo que decidieron alejarse de la zona y marcharse a una casa de campo a unos 65 kilómetros de la capital ucraniana. 

Inmediatamente, Juan Antonio Luna, vinculado con Ucrania por su labor durante años como responsable de la asociación Miguel Vacas, que propiciaba las vacaciones en España de niños procedentes de orfanatos ucranianos, informó de esta situación a la embajada española en Ucrania y a la oficina consular en Kiev.

Aunque inicialmente no tuvo respuesta, el pasado jueves le comunicaron a través de un teléfono de urgencia que su familia podía sumarse al único convoy que salía al día siguiente desde Kiev hasta la frontera con medio centenar de españoles. Sin embargo, la ausencia de medios de transporte tanto públicos como privados y el colapso de las carreteras imposibilitaron que Roksolana y sus hijos pudiesen llegar hasta Kiev para poder salir del país, quedándose así atrapados en esta zona rural al sur de la capital que, pese a no ser uno de los objetivos principales de Rusia, sí empezaba a sufrir la escasez de alimentos y a ver de cerca las explosiones cercanas y el paso de los aviones militares por los alrededores, donde también fue bombardeada una base militar.

Ante la inoperancia de las instituciones, Juan Antonio Luna decidió ir a la búsqueda de sus familiares y viajó en avión hasta Cracovia, capital de Polonia. Desde allí planteó diferentes posibilidades para entrar a Ucrania pero en una de sus entrevistas con medios nacionales que han seguido su periplo recibió información sobre la ONG española ‘Help to Ukraine’, que ayer definía como “las puertas del cielo”.

Gracias a la intervención de esta ONG, Roksolana y sus dos hijos pudieron traspasar a primera hora de la mañana del pasado viernes la frontera de Ucrania, desde donde se dirigieron hasta Cracovia para reencontrarse con Juan Antonio Luna y planear el viaje de vuelta a Lucena. Los dos menores ya se encuentran aquí, mientras que Roksolana todavía permanece en Polonia por problemas burocráticos, pero su regreso se hará efectivo en las próximas horas.

”Por suerte, tanto Martín como Diego, que estudian en el CEIP El Prado de Lucena, han estado en todo momento ajenos a esta pesadilla y doy las gracias a todas aquellas personas que en algún instante me han ayudado en todo esto, pudiendo ya por fin retomar nuestra vida normal”, señalaba ayer Juan Antonio Luna, con la satisfacción de tener de vuelta a su familia, ya alejada del terror de la guerra.