BUZÓN DEL LECTOR

LUCENA: Los bomberos rescatan con ayuda de una escala a un pájaro atrapado en la oquedad de una fachada a petición de dos niñas

Recibimos esta entrañable historia de amor por los animales por parte de un lector, Antonio López, y hemos querido hacerla pública para todos nuestros lectores. Seguro que les gustará. Si tú también quieres enviarnos tus historias o artículos ponemos a tu disposición nuestro mail: [email protected]

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photo_camera Los protagonistas de esta historia: Las niñas, el pajarito salvado y los bomberos

En la tarde del sábado día 16, Lucía y Celia estaban mirando por el balcón de su piso, en Lucena, cuando vieron una cría de avión aleteando en un agujero de la fachada de enfrente. Estuvieron 2 horas pendientes del pajarito para ver si conseguía salir.

Angustiadas y viendo que no podía hacerlo, avisaron a su madre para que intentara hacer algo. Ante la imposibilidad de acceder a la fachada del edificio, su madre les dijo que no se podía hacer nada,  pero ellas no se resignaban a dejar al pájaro morir y le pedían a su madre una y otra vez que hiciera algo.

Su madre les dijo que solo los bomberos podrían llegar hasta allí pero que posiblemente no pudieran venir para un caso así. Las niñas insistieron y pidieron a su madre que por favor llamara, que ellas hablarían con los bomberos.

Así fue, les contaron a los bomberos la situación y posteriormente éstos explicaron a su madre que posiblemente no pudieran ir, que era sábado y tendrían que movilizar compañeros que no estaban en ese momento en el parque, pero que verían lo que podían hacer. Solo 18 minutos después las niñas saltaron de alegría cuando vieron aparecer por la calle un camión escala y un camión ligero de los bomberos. Al llegar, desplegaron la escala y rescataron, con total profesionalidad, al pájaro que tenía una pata atrapada.

Posteriormente, las niñas acompañadas de su madre, fueron hasta el Hospital Veterinario de Puente Genil para que curaran al ave herida. Tras hacerle una pequeña revisión, pudieron comprobar que había perdido parte de la patita, pero por lo demás se encontraba bien.

A la mañana siguiente, después de que las niñas lo alimentaran siguiendo las instrucciones del veterinario, echó a volar, quedando las niñas con un sentimiento agridulce. Más tarde empezaron a comentar que se sentían “super bien” por haber salvado la vida de un animal que estaba sentenciado a morir.

Muchas gracias a los bomberos, que una vez más demostraron su empatía y profesionalidad.

Antonio López