La alcaldesa de Fuente-Tójar, Mari Fe Muñoz, remitió el pasado lunes un escrito a la Delegación Territorial de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía en Córdoba solicitando respaldo económico “para sufragar el coste de la memoria técnica que es necesario elaborar de manera previa a la incoación del expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural -BIC- del yacimiento arqueológico del Cerro de las Cabezas”.
Así lo ha confirmado la máxima responsable municipal, destacando que “se trata de un patrimonio que heredamos del pasado y que nos define como sociedad, incluyendo tanto elementos tangibles como intangibles que reflejan nuestra historia, valores y relación con el entorno, por lo que es de vital importancia velar por su conservación, protección y puesta en valor”, algo para lo cual “precisamos esta declaración y, por ende, el apoyo de las administraciones públicas”.
En este sentido, Muñoz ha recordado que en el año 2001 “ya se llevó a cabo la elaboración de un expediente para este fin realizado por Antonio Molina Expósito, y en el que se solicitaba la inclusión del Cerro de las Cabezas como Zona Arqueológica en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz”.
Una documentación que, como sucede en esta ocasión, persigue dos objetivos fundamentales, según la primera edil, como son “el fortalecimiento de nuestra identidad colectiva y el impulso económico de la zona ligado al desarrollo sostenible”, ya que la puesta en valor de este yacimiento “puede ayudar a estimular el turismo cultural y ecológico que genera importantes ingresos para las comunidades locales, promoviendo un crecimiento económico respetuoso con el medio ambiente y las tradiciones”.
Historial arqueológico del Cerro de las Cabezas
La ciudad íbero-romana del Cerro de Las Cabezas es considerada una de las más importantes del occidente europeo, y las primeras excavaciones documentadas datan del año 1867. No obstante, hubo que esperar más de sesenta años para que, en 1933, se realizaran nuevos trabajos que se centraron en parte de la muralla.
Ya en los años 1977 y 1980 se hicieron algunos trabajos en los Torviscales, una necrópolis ubicada en la zona norte del poblado con aproximadamente medio centenar de tumbas, y hubo que esperar casi 30 años más para realizar la última excavación, que tuvo lugar en 1991.
Desde entonces, hace más de 30 años, “los únicos hallazgos obtenidos han sido casuales y debidos a labores agrícolas o, lo que es peor, clandestinas”, ha afirmado la alcaldesa que ha focalizado en este último motivo “la imperiosa necesidad de llevar a cabo la declaración como BIC de este yacimiento puesto que aseguraría la máxima protección de esta zona arqueológica de incalculable valor para nuestra sociedad, presente y futura”.
Asimismo, Muñoz se ha mostrado confiada en que “también servirá de impulso para avanzar en su puesta en valor lo que, a la postre, nos garantizaría un conocimiento sobre nuestro pasado que pudiese divulgarse entre la población”, así como “culminar el trabajo que ya se inició a comienzo de los 2000 con el citado expediente”.
