El fagotista de Doña Mencía, Niño Ruven, obtuvo el pasado 21 de septiembre uno de los premios en la primera edición de sonARTE Aledo (Murcia), un festival que pretendió impulsar el talento musical de las nuevas generaciones y combatir la despoblación de los espacios rurales a través de la cultura de jóvenes artistas.
Tras una primera fase de eliminación, siete artistas fueron los seleccionados para participar en el festival, el cual tuvo un formato de concurso. Gracias al voto conjunto del jurado y del público, Niño Ruven consiguió el segundo premio; obteniendo el primero un grupo local, La Reja. En esta ocasión, el instrumentista cordobés estuvo acompañado del joven bailaor Víctor Mayol, quienes desarrollaron un pequeño espectáculo performativo.
El festival estuvo organizado por los alumnos del Programa Campus Rural de Aledo, un programa de prácticas universitarias desarrollado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD), en colaboración con el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) y la mayoría de universidades públicas españolas. El programa permitió que estudiantes universitarios pudieran llevar a cabo prácticas en empresas o instituciones públicas de municipios de zonas rurales con problemas de despoblación, contribuyendo al reequilibrio territorial y a la dinamización de su tejido productivo, social e institucional. Uno de estos municipios es Aledo, una pequeña villa de origen medieval emplazada en plena Sierra Espuña. A pesar de contar con poco más de mil habitantes, es el pueblo de la Región de Murcia que más estudiantes acoge en cada edición del Campus Rural, con un total de trece estudiantes en este 2024.
Según palabras de Pedro Ortiz, historiador por la Universidad de Murcia, «Niño Ruven y Víctor Mayol presentaron una propuesta innovadora y experimental, la cual se integró a la perfección con el resto de proyectos presentados en el festival, aunque destacó sobre los demás por su originalidad, profesionalidad y puesta en escena. El público mostró su sorpresa y entusiasmo con sonados aplausos que, en varias ocasiones, incluso tuvieron lugar antes de que los artistas terminasen su interpretación. Algunas melodías arábigas del fagot dialogaron a la perfección con el entorno monumental e histórico en que se desarrollaron los conciertos: el castillo de Aledo, una fortaleza medieval de orígenes islámicos. Tanto Niño Ruven como Aledo comparten su carácter fronterizo: mientras que la villa debe su importancia histórica a su ubicación en el límite que separaba a los reinos castellanos del reino Nazarí de Granada, la propuesta del cordobés es igualmente fronteriza por su capacidad para desafiar la heterodoxia del flamenco y situarse en un espacio, todavía sin explorar, en el que confluyen el flamenco, la experimentación y la música árabe. Al igual que el castillo de Aledo, cuyos muros de construcción islámica conviven con los de cronología cristiana, la música de Niño Ruven apuesta por la mezcla y la hibridación de influencias, resultando en una escucha que se asemeja al trabajo de un arqueólogo».
Pese a su corta edad, Niño Ruven (Doña Mencía, Córdoba, 1997) es considerado por muchos especialistas como uno de los fagotistas más relevantes y transgresores de la historia. Intérprete y compositor especializado en música flamenca, es el creador y único representante a nivel mundial del fagot flamenco y el fagotiño. Actualmente, es uno de principales activistas para la difusión y valoración de los instrumentos de doble lengüeta; introduciéndolos por primera vez, como solistas, en escenarios tan significativos como el Teatro Flamenco de Sevilla, el Festival Flamenco On Fire o el Festival Internacional del Cante de las Minas. Por su parte, Víctor Mayol (Totana, Murcia, 2004) es una de las grandes promesas emergentes en el ámbito del baile flamenco. Entre sus múltiples reconocimientos, destaca el Premio Especial del Jurado en el I Concurso Nacional The Dancer Flamenco 2022 y el Premio Tiempo de Danza 2021. En la actualidad, ambos se encuentran desarrollando un proyecto conjunto, centrado en la improvisación y el diálogo escénico.