¿Un plan para el domingo? La Bajada de la Virgen de Araceli abre el pórtico de las Fiestas de Lucena

Redacción

21/abr./18 - 01:51 Actualizado: 22/abr./18 - 14:11

Roma es la cuna de la devoción aracelitana. En la cumbre del Capitolio, una de las famosas siete colinas de la Ciudad Eterna, se encuentra la bellísima basílica de SantaMaria "in Ara Coeli". En este antiguo templo es venerado por los romanos una imagen pintada sobre una tabla de origen probablemente bizantino, de la que es Copatrona de la ciudad, la "Madonna d'Ara Coeli".

Relata la tradición que a principios del año de 1562, don Luis Fernández de Córdova y Pacheco, alcaide de los Donceles, marqués de Comares y señor de Lucena, estando en misión diplomática en Roma, quedó prendado de la belleza de este nombre, de tal modo que decidió regresar a la cabecera de su señorío con una imagen advocada a Araceli: Altar del Cielo.

Embarcado con la imagen de Nuestra Señora en el puerto de Civitavecchia, arribó a las playas españolas de Alicante a mediados del mes de abril del referido año de 1562. Narra el historiador lucentino don Jerónimo Roldán y Cárdenas que aproximándose el cortejo del Marqués a Lucena por el viejo camino de Granada, al llegar al lugar donde hoy se halla la Primera Cruz, se desencadenó una terrible tormenta que dispersó a la comitiva, perdiéndose en la espesura de la Sierra de Aras la caballería que portaba la caja en donde se guardaba la imagen de la Virgen. El hallazgo del animal al día siguiente, echado en la cima del monte, en el lugar donde hoy se encuentran las tres cruces, justifica –según la tradición– el emplazamiento del Santuario en aquel lugar.

La primera noticia documentalde la presencia de la imagen de Maria Santísima de Araceli en Lucena corresponde a un acta municipal de fecha 27 de abril de 1562, en la que consta el acuerdo de que se preparen los tambores para el recibimiento de Nuestra Señora. Aquel mismo año, no más de tres de meses después, se anota el regreso de la Virgen a su santa Casa.

Desde entonces, durante 456 años, se ha repetido la imagen de la Virgen de Araceli bajando a la ciudad cada penúltimo domingo de abril, cuando llega la primavera, al encuentro de los lucentinos. Más de cuatro siglos y medio de devoción que cada año se repiten, renovando un ciclo de amor, que tiene una de sus más hermosas estampas en la imagen de la Virgen, vestida de pastora, bajando en su templete de plata entre jaras y olivos, rodeada de una multitud de fieles, a hombros de sus santeros.

El ritual se repite cada año. A las once y media de la mañana se celebra en el Santuario la Misa de Romeros. Al finalizar se expone la Virgen en sus andas para que puedan contemplarla los miles de devotos que ascienden hasta la cumbre de Aras. Tras una jornada de convivencia en los alrededores, a las tres se iniciará la procesión de Bajada entre el disparo de salvas en honor de la patrona de Lucena.

Las andas de la Virgen son portadas por veintidós santeros, a las órdenes del manijero, que lentamente la llevarán sobre sus hombros por la carretera de la Sierra de Aras, cumbre privilegiada para observar el Campo Andaluz, sobre el que la Señora ejerce su fructífero patronazgo. En el cruce de caminos los santeros la devolverán al pueblo hasta llegar a la Primera Cruz, donde de nuevo la tomará la cuadrilla. Allí se reza una salve y se canta el Himno a Ella dedicado. El pueblo vuelve a ser el portador del preciado tesoro hasta la llegada a Lucena.

Hacia las siete de la tarde, María Stma. de Araceli es recibida en la Puerta de la Mina por la Corporación Municipal, el Clero, y la Corte Aracelitana designada unas semanas antes, que toma el relevo de la corte saliente, simbolizado en un ramos de flores que portarán ya durante el resto del recorrido urbano hasta la iglesia parroquial de San Mateo.

Tras un recorrido intensamente vivido por las calles de Lucena, interrumpido por mil fandangos de Lucena y cantos aracelitanos, la Virgen llega a las nueve en punto a la entrada del templo, interpretándose en su honor la Salve Solemne y el himno aracelitano compuesto en 1948, año de la coronación canónica de la hermosa imagen de Araceli por el maestro Aramburu, sobre letra de José María Pemán.

Allí permanecerá hasta su regreso a su Santuario, para recibir diariamente la multitudinaria visita de los lucentinos y aracelitanos.

La Bajada de la Virgen es una de las fiestas más señaladas del año en Lucena, una ciudad que te espera con los brazos abiertos para mostrarte un rico patrimonio histórico y monumental, una excelente gastronomía y una pasión bajo el nombre de Araceli.

¿Te lo vas a perder?