ARQUEOLOGÍA

LUCENA: La historia del misterioso gigante judío de la Subbética. ¿Quieres saber más? Te contamos su historia.

Los restos de este gigante, que podría haber muerto a los 30 años de edad con una altura de entre 2 y 2,20 metros, fueron hallados en una de las 342 tumbas de la necrópolis judía medieval lucentina, la más grande excavada en nuestro país, a la que volvieron tras su estudio en la Universidad de Granada, en el marco de una ceremonia religiosa oficiada por rabinos judíos. 

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photo_camera Comparativa entre la mandíbula del gigante y la de otro individuo adulto de la misma necrópolis

La revista especializada alemana Anthropologischer Anzeiger publicaba hace dos años el caso de un "gigante" cuyos restos aparecieron durante la excavación de la necrópolis de la ronda Sur de Lucena en el año 2006, y que habría vivido en la antigua Eliosana judía de mediados del siglo XI, según los resultados de las dataciones con carbono 14 realizadas en la zona.

Los restos de este gigante, que podría haber muerto a los 30 años de edad, con una altura de entre 2 a 2,20 metros, cuando la media medieval rondaba los 1,67 metros, fueron hallados en la tumba signada como TB-5.

Agencias de comunicación como Europa Press o EFE y medios nacionales como El País se hicieron eco del hallazgo, que surgió casi por casualidad. Y es que la maquinaria pesada usada para construir la carretera se había llevado por delante sus piernas. Sin embargo, los científicos hallaron una mandíbula cuyo descomunal tamaño sugería un probable caso de gigantismo.

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Imagen de la tumba en la que fue encontrado el "gigante" de Lucena

El individuo mostraba un craneo muy grande y grueso, pronunciados cantos supraorbitales, una protuberancia occipital muy prominente y una mandíbula enorme, de 10 centímetros de altura, frente a los 7,5 de media del resto de esqueletos hallados en la necrópolis.

El País comparaba el caso con el de Cornelius Magrath, un gigante irlandés que vivió entre 1736 y 1760. Era tan alto que, cuando murió, los alumnos del Trinity College de Dublín, la universidad más antigua de Irlanda, robaron su cadáver para estudiarlo. Se levantaba 2,17 metros sobre el suelo y su mandíbula medía 11,3 centímetros, poco más que la del enorme especimen de la Perla de Sefarad, que probablemente padeció una enfermedad rara denominada gigantismo en los niños y acromegalia en los adultos.

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Vista aérea de la necrópolis excavada en Lucena. A la izquierda puede observarse el trazado de la actual Ronda Sur

El gigante de Lucena padecería un trastorno endocrino raro causado por la hipersecreción de la hormona de crecimiento durante el periodo de crecimiento. Los individuos con este trastorno tienen un enorme crecimiento en altura y cambios degenerativos asociados. La continuada hipersecreción de la hormona de crecimiento durante la vida adulta conduce a la acromegalia, una enfermedad relacionada con el crecimiento desproporcionado del hueso del cráneo, manos y pies.

Según la revista alemana este caso es una contribución importante en la literatura paleopatologica porque es una condición rara que no se ha documentado ampliamente en restos óseos antiguos.

LA MAYOR NECRÓPOLIS EXCAVADA EN SEFARAD

El descubrimiento del gigante está integrado en el descubrimiento "aún mayor" del cementerio judío, excavado con metodología científica más grande de toda Sefarad.

En extensión, se excavaron 342 tumbas, de las que, en las dos terceras partes, se extrajeron datos bio-antropológicos por el equipo de paleoantropología que integraba el grupo de trabajo. Con posterioridad y en laboratorio, los investigadores Joan Viciano, Stephano de Luca, Juan Pablo Diéguez y Sandra López del departamento de Antropología Forense de la Universidad de Granada procesaron los restos humanos que el equipo de arqueólogos previamente habían extraído de las fosas. 

Entre otros datos, se perfilaron elementos referentes a edad, sexo, altura, paleopatologías dentales, muertes violentas, tipo de alimentación, así como las dimensiones desmesuradas del gigante, un individuo que, como los restantes enterrados en esta necrópolis, fue depositado en fosa excavada un día después de su muerte en tierra virgen, envuelto en un sudario y con la espalda y la nuca en contacto directo con la marga estéril, con su rostro mirando directamente a su ciudad sagrada, Jerusalén.

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Reinhumación de los restos del Gigante de Lucena y el resto de individuos extraídos en la necrópolis de Lucena (2011)

La Lucena de 1050 en la que habría vivido era una ciudad amurallada donde los gentiles –musulmanes y cristianos– no podían entrar en la ciudad. Una Lucena de 2.500 judíos, cuna del conocimiento y saber hebreo de la Sefarad del siglo XI. Un núcleo cultural que irradiaba poesía, medicina, religión, filosofía, alquimia y lenguas, donde, entre otros, estudió el gran Maimónides.

¿Y qué fue del gigante? Sus huesos, descubiertos en 2006 y estudiados en 2011 por un equipo de la Universidad de Granada, volvieron a sentir el peso de la dulce tierra sobre ellos y fueron reinhumados el 18 de diciembre del mismo año junto al resto de los encontrados en la necrópolis, en virtud del acuerdo alcanzados en su día entre el ayuntamiento de Lucena y la Asociación de Comunidades Judías de España. Allí siguen descansando mientras la ciudad sigue trabajando de forma incansable por recuperar y poner en valor su pasado sefardí y resuenan en las calles de su judería los ecos de la Perla de Sefarad.

Necrópolis-Judía.-Aut.Thzimage-2©Delegación-de-Turismo-Excmo.-Ayuntamiento-de-Lucena

Situación actual de la necrópolis judía de Lucena, actualmente visitable