GALERÍA: Un centenar de vehículos llevan a las calles de Lucena el clamor del sector de la feria tras más de un año sin ingresos ni ayudas

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"Nos hemos sentido muy queridos". Con esas palabras resume Virginia Ramírez, una de las coordinadoras de la manifestación rodada que hoy ha recorrido las calles de Lucena, las sensaciones recogidas por el colectivo de feriantes, que iniciaban este sábado una nueva serie de movilizaciones para reclamar de las administraciones –por enésima vez– que se habiliten fórmulas que permitan a estas empresas volver a la actividad.

Los feriantes –el sector económico más perjudicado por la pandemia– han demostrado hoy que Lucena no es solo frío industrial, muebles o aceite; que pese a los cambios sociales y económicos constituyen un sector que sigue luchando por su supervivencia. En octubre de 2019 terminaron la temporada, guardaron sus "cacharritos", tómbolas, puestos de comida y casetas y empezaron a preparar una temporada que habitualmente se inicia con la Semana Santa. Pero en 2020 nada fue como se esperaba para nadie. 

Tras más de un año en el dique seco, acumulando deudas, sin ayudas oficiales y sin haber ingresado un solo euro, el sector tiene hambre de trabajo y exige una oportunidad convencido de que si otros pueden, ellos también pueden ser seguros. Con ese fin, este sábado los feriantes de Lucena han vuelto a salir a la calle en una ciudad en la que están dadas de alta más de 200 pequeñas empresas vinculadas a las ferias. "Varios cientos de familias han comido y siguen comiendo actualmente de esto", asegura Virginia Ramírez, que añade que "además, son muchas las empresas lucentinas que también tienen a la feria entre sus mejores clientes, talleres, electricistas, carpinterías metálicas, alimentación..., y que también se han resentido de este paro indefinido al que nos han sometido injustamente las distintas administraciones".  

Con optimismo, este sábado ha querido salir a la calle haciendo gala de su alegría, con música de feria, con farolillos, con una representación de las atracciones que llevan de pueblo en pueblo y con carteles reivindicativos para reclamar su derecho a trabajar. Un centenar de vehículos –el máximo permitido por las autoridades gubernativas– y unas 500 personas, han tomado parte en esta primera movilización del mes, hoy rodada, que ha partido a las 11:30 horas desde el recinto ferial, para discurrir por las calles del centro de Lucena para concluir en la antigua estación. Por el camino, entre el sonido de los cláxones y la música, los feriantes han recogido también el apoyo y el aplauso de muchos vecinos, que desde aceras y balcones se han sumado a su reivindicación. 

La manifestación de hoy tendrá continuidad la semana próxima, ya con representantes de otros municipios, como Aguilar, que también agrupa a más de un centenar de industriales feriantes. A ello se suma una campaña de cartelería en el comercio lucentino, que desde hace unos días exhibe muestra así su apoyo a los feriantes y a una vuelta a la actividad que podría ya estar un poco más cerca, si toman carta de naturaleza iniciativas como las del Ayuntamiento de Sevilla, para instalar durante un mes en el Real de una feria de Abril que este año tampoco se celebrará, una suerte de parque cerrado de atracciones feriales.

La iniciativa también ha sido propuesta en Lucena por el grupo municipal de Ciudadanos y a finales de marzo llegará al pleno municipal, tras las negociaciones abiertas esta misma semana para que, a caballo entre abril y mayo, Lucena pueda celebrar una peculiar feria cerrada, arropada con todas las medidas y protocolos sanitarios, para que los más pequeños puedan volver a los tiovivos, las coches de choque, el tren de la bruja, el barco pirata o los castillos hinchables y con el anhelo de que el ejemplo de Lucena cale en otros muchos municipios cordobeses y andaluces y ello pueda suponer la vuelta a la carretera de un sector injustamente postergado por la pandemia y la política.